top of page
Buscar

Cómo saber si realmente me amo a mí mismo/a


El amor propio no es una moda ni un mantra que repetimos frente al espejo. Es la raíz desde donde crecen todas nuestras elecciones. Cuando falta, se siente como un vacío sutil, un eco que nos empuja a buscar afuera lo que debería nacer adentro. Y cuando está presente, se convierte en una fuerza silenciosa que nos sostiene incluso en medio del caos. Este ejercicio busca ser un espejo honesto, un antes y un después en la manera en que te relacionas contigo mismo/a.

ree

El verdadero significado del amor personal

Amar(se) no es sinónimo de egoísmo ni de egocentrismo. Al contrario, cuando uno se ama auténticamente:

  • No necesita imponerse ni disminuir a otros, porque se reconoce suficiente.

  • No se sacrifica de manera constante ni se anula para “merecer” afecto, porque entiende que el amor genuino no nace del sufrimiento.

  • No se trata de ponerse por encima de los demás, sino de ponerse junto a uno mismo: con respeto, cuidado y dignidad.

👉 El amor personal es la base de toda relación sana. Cuando te cuidas, pones límites y honras tus necesidades, no te estás restando a los demás: te estás ofreciendo en tu mejor versión. Dar desde la plenitud es mucho más generoso que dar desde el vacío.

Desde una mirada espiritual, el amor propio es reconocer la chispa divina en ti. Es comprender que tu vida no es un accidente, sino un regalo, y que honrarte a ti misma es también honrar la fuente de donde vienes. Amarte es tu primera forma de oración: un acto sagrado de gratitud por tu existencia.

Paso 1: El espejo sin maquillaje

Colócate frente a un espejo, sin adornos ni escudos. No se trata de verte bello/a, sino de verte real. Mírate a los ojos en silencio. Aguanta la incomodidad si aparece.

  • ¿Qué surge primero? ¿Rechazo, ternura, tristeza, vergüenza?👉 Esa primera emoción es la radiografía de tu amor propio. No lo juzgues, simplemente reconócela.

Paso 2: La lista brutalmente honesta

En un cuaderno, escribe sin filtros ni correcciones. No busques respuestas bonitas, busca las verdaderas.

  • ¿Qué conductas mías me lastiman, aunque yo lo sepa?

  • ¿Qué permito de otros que jamás permitiría si realmente me amara?

  • ¿Qué sueños guardo en el cajón por miedo, por sentirme poco suficiente o por creer que no me los merezco?

Cuando acabes, léelo en voz alta. Escucha tu verdad. Muchas veces nos mentimos con tal de no sentir.

Paso 3: La vara de medir

Hazte esta pregunta incómoda: “Si la persona que más amo viviera mi vida tal cual la vivo yo, ¿le aconsejaría seguir así?”

  • Si la respuesta es , felicítate: estás construyendo desde el amor.

  • Si la respuesta es no, tienes frente a ti la señal más clara de que necesitas recuperar tu valor.

El amor propio no se mide en lo que dices, sino en lo que permites y sostienes.

Paso 4: El compromiso terrenal

No busques cambiar todo de golpe. Elige una sola acción real que harías si de verdad te amaras. Algo concreto, tangible: descansar sin sentir culpa, cerrar una puerta que duele, cocinarte con cariño, salir a caminar con música que te sane.

Hazlo hoy mismo. Aunque sea en su mínima versión. Porque cada pequeño acto es un ladrillo en la casa del amor propio.

Paso 5: El recordatorio diario

Cada noche, antes de dormir, escribe:👉 “Hoy me amé cuando…”

Ejemplo: “cuando respiré profundo en lugar de explotar”, “cuando dije que no aunque temblara”, “cuando me hablé con paciencia”, "cuando no me juzgué al cometer un error".

Con el tiempo, esas frases se vuelven raíces. Y esas raíces sostienen un árbol que no se tumba con cualquier viento.

💡 Reflexión final

Amarse no es sentirse perfecto ni repetirse afirmaciones sin sentirlas. Amarse es un verbo, un acto consciente, una decisión diaria.

El amor propio no significa cerrarse al otro ni dejar de dar, significa que tu entrega no nace del sacrificio, sino de la plenitud. Porque cuando te das a ti primero, lo que compartes con el mundo deja de ser una carga y se convierte en un regalo.

En lo más profundo, el amor personal es recordar que eres un alma habitando este cuerpo, y que cuidarte es honrar el viaje que se te ha confiado. Pregúntate siempre:“¿Hoy me traté como trataría a alguien que amo profundamente, sabiendo que dentro de mí habita lo sagrado?”

Si la respuesta es sí, aunque sea en un gesto mínimo, ya estás caminando hacia ti.

 
 
 

Comentarios


bottom of page